martes, 15 de marzo de 2011

Atenas y Jerusalén

"Obligaron a Israel a comportarse como Esparta, pero no ha renunciado a ser Atenas."

Me gusta mucho esa certera frase del escritor argentino Marcos Aguinis. Por "comportarse como Esparta" se refiere a la actividad militar, por "ser Atenas" al cultivo de la filosofía, las artes y las ciencias. Pero con "no ha renunciado" se queda corto. Israel es el tercer país del mundo con mayor cantidad de patentes registradas por habitante, el país con mayor cantidad de publicaciones científicas per cápita, uno de los países con mayor porcentaje de egresados universitarios. Más de un 25% de los israelíes poseemos al menos un título académico. Sí, poseemos, en primera persona del plural, a partir del día de hoy puedo decir con orgullo que paso oficialmente a engrosar el procentaje. Estoy que no cago de felicidad.

Tras varios años de retraso recibí mi B.A. de la Universidad Hebrea de Jerusalén: major en "Comunicación y Periodismo" y minor en "Literatura General y Comparada". El retraso se debió principalmente a que fui un estudiante muy poco aplicado, me dediqué más a escribir blogs y otras tonterías por internet que a estudiar, de eso no me enorgullezco, al contrario. Pero además la demora se alargó porque me tocó pasar un tiempo vestido de espartano.

Con todo algo aprendí. A tomarme en serio eso de "sólo sé que no sé nada". Y no lo digo con humildad, de verdad no sé nada. Sobre todo de literatura. Sólo sé que nunca, ni aunque viva tres vidas alcanzaré a leer todos los libros y autores que me gustaría. Leí una vez que en los estudios literarios alcanza con tirar un par de nombres de críticos franceses (Genette, Barthes, Derrida, Lacan, Foucault) y un poco de rimbombante jerga académica (formalismo ruso, postestructuralismo, deconstrucción, metaficción, narratología) y pareciera que uno sabe de que cuernos está hablando. Y así es, tal cual. Recuerdo que antes de empezar pensaba que con un título en literatura por fin iba a poder entender a Jorge Luis Borges. Bueno, sí, un poco más lo entiendo. Pero desde entonces se me sumaron otros que no alcanzo a comprender (James Joyce: aprontate que ya te voy a agarrar por los cuernos un día de estos). Y mientras tanto, como para ir ampliando mi noción de cuánto no sé, comencé otro curso universitario en otra área que poco y nada tiene que ver con las anteriores.

Resumiendo, sólo sé que no sé nada, pero ahora tendré un diploma que lo certifica.

6 comentarios:

  1. מזל טוב אח שלי. מגיע לך.
    אני דווקא שמח שלא קיבלת את התואר בזמן. אולי לא היינו נפגשים במז"י.
    נדבר...

    ResponderEliminar
  2. Me uno a la felicitación, enhorabuena.

    ResponderEliminar
  3. מזל טוב, בהצלחה בהמשך בכל הדרך שלר

    IMMA

    ResponderEliminar
  4. HOLA!! tanto como nada, no, creo que mucho, pero sigue asi, te felicito, lo que no me gusta es tu sigla, dificil de recordar, y a veces en tus reflexiones dobre el problema israel/*/palestina , parece que miras con un solo ojo.- El conocimiento y la cultura son las mejores armas para triunfar en la vida,
    y tu las posees, aprovechalas.- HATZLAJA LIDIA

    ResponderEliminar
  5. Gracias a todos.

    Lidia: a veces con un ojo, a veces con el otro. A veces con menos de un ojo, hasta con uno y medio como mucho. No me jacto de verlo todo. La cosa es reconocer que hay muchas miradas válidas, pero tampoco todas lo son. Las que ven que una de las partes en conflicto debe desaparecer las rechazo, si a eso te refieres. Son las que hacen que este conflicto sea tan difícil de resolver. Hay quien mira y prefiere no verlas.

    Saludos

    La sigla

    ResponderEliminar