viernes, 20 de noviembre de 2009

Correspondencia

Gracias a la buena memoria de Yahoo, rescaté algunos emails que envíe en el lejano 2001, durante mi primer viaje a Israel. Qué curioso como pasa el tiempo y todo sigue igual, lo único que cambia es la mirada de uno, el entusiasmo del turista que lo ve todo por primera vez, da paso a la rutina del ciudadano que reside en el país ya algunos años. Una de las cosas buenas que tiene escribir este blog, es que de cierto modo me devuelve a la posición del turista, me lleva a adoptar nuevamente esa mirada curiosa e inquisidora, esas ganas de "vivir para contarla", ese gusto por relatar las vivencias en estos parajes lejanos, exóticos y desconocidos. Ya no me marcho a ninguna parte, y sin embargo sigo redactando mi diario de viaje.

Les dejo algunos extractos.

2 de marzo:
"Te cuento que acá no tuvimos terremotos, pero si hubo tiroteos, intentos de atentados y un árabe enloquecido que con su ómnibus atropelló a ocho judíos. Pero acá la gente sigue su vida con la mayor tranquilidad. Desde acá no se siente tan terrible, como parece desde afuera, nadie vive con miedo, no más que alguien que vive en Rio de Janeiro, por ejemplo. El otro día escuché un ruido fuerte, y los vidrios retumbaron, se me ocurrió que podía ser una bomba, pero después me explicaron que son aviones [F-16] que pasan a mayor velocidad que el sonido y causan ese efecto."

10 de marzo:
"Acabo de volver del cine, de ver una película sobre un tipo que come cerebros. Estaba en inglés con subtítulos en hebreo. No entendí un carajo. Después de esta hermosa experiencia, de vuelta bajo el calor del techo de estos familiares, aprovecho para escribir antes de degustar la delicia del sueño.

Acá en israel la estoy pasando bárbaro. Imainate que toda tu vida estudiaste acerca de los romanos, y tenés la posibilidad de viajar en el tiempo y conocer a Julio Cesar. Así me siento yo ahora. Un sueno hecho realidad. No sabés lo que significa para mí, reconocer cosas que nunca había visto pero de las que había leído, antes siquiera que el guía nos diga que son. Ir al Muro de los Lamentos, un montón de piedras inservibles, pero que están allí desde hace dos mil años, y que significaron la dirección de los rezos de mis antepasados durante dos milenios. Una experiencia fuerte.
En cuanto a la sociedad israelí tengo una sensación ambigua. La gente acá es muy agitada, todo el mundo grita y se enoja a cada rato, ves soldados o civiles con armas por todos lados. No me gusta para nada. Por otro lado, me fascina la enorme diversidad cultural, mucho mayor de lo que yo me imaginaba. No son simplemente las tres religiones, hay un montón de minorías más, como cinco o seis pequeñas religiones, y cada religión con infinitas divisiones. La mezcla de lo antiguo con lo moderno, lo europeo con lo oriental, la tradición con la innovación, el arte y la tecnología. Éste es sin duda el país de la heterogeneidad. Aunque lamentablemnte, no se una heterogeneidad armoniosa, como todo el mundo sabe.
¿Si extraño? Más de lo que o esperaba. Pero igual la estoy pasando fenomenal."

19 de mayo:
"Las cosas con los palestinos están como el culo. Es como lo ves vos en el diario. Lo único que no tenés que creer mucho es la imagen de pobrecitas victimas ellos, y que hijos de puta nosotros. Ya sabes como son las cosas, hay mierda de los dos lados. Y que tan podrida está la cosa, eso si lo podés ver con claridad en los diarios. Por ahora estamos en un circulo vicioso:
1) Los del Hamás, el Jihad, la fuerza 17 (guardia personal de Arafat) o el que sea, hace un atentado.
2) Israel responde con tanques, helicópteros, ejecuciones de terroristas, toma de territorios de la Autoridad Palestina, bloqueos económicos, etc.
3) Los palestinos responden con más violencia.
4) Israel vuelve a responder.
5) Europa y USA hacen que Israel alivie los bloqueos, los palestinos se toman un respiro.
6) Empieza todo de nuevo."

28 de mayo:
"Como habrán leído en el diario, estuvo por acá un yanqui, un tal Mitchel, que propuso un plan para volver a encaminar el proceso de paz. Proponía el cese de las hostilidades, cada uno en forma unilateral, o sea que no se pongan a conversar a ver como dejan los tiros, sino que cada uno suelte el gatillo por una semana. Además, Israel debe dejar de ampliar los asentamientos, incluso las ampliaciones supuestamnete necesarias por el crecimiento vegetativo de la población de colonos."

Continuará...

Relacionado:
* Y se hizo la luz

miércoles, 18 de noviembre de 2009

En los zapatos del otro

Hay en Israel judíos que:

1. Se identifican por completo con la causa palestina y su lucha armada, al mismo tiempo que rechazan al sionismo y tachan de ilegítima cualquier acción israelí.
2. Sin justificar sus medios de lucha, sienten simpatía por las aspiraciones nacionales de los palestinos, a las que consideran no menos justas que las aspiración a un Estado Judío.
3. A pesar de no sentir simpatía por los palestinos ni considerar como justos sus reclamos, entienden que lo mejor para todos es alcanzar un acuerdo que nos permita vivir en paz.
4. Desestiman todos los argumentos palestinos y se oponen a cualquier tipo de concesión israelí.

La heterogeneidad de opiniones y posturas frente al conflicto palestino-israelí es tan basta y compleja, que cualquier intento de clasificarla en unas pocas categorías arroja resultados incompletos e imprecisos. De todos modos, me atrevo a afirmar que la gran mayoría de los judíos israelíes se encuentran en el punto tres y sus muchas variantes. Yo, personalmente, me muevo entre el dos y el tres. Me cuesta entenderme con aquellos que se encuentran en los puntos uno y cuatro, pero me anima el hecho de que en Israel sea posible semejante diversidad de opiniones.

Y yo me pregunto, si entre nosotros existen personas capaces de ponerse en los zapatos del otro bando, hacer el esfuerzo de comprenderlos, ver las cosas desde su punto de vista, ¿acaso hay también palestinos que se tomen la molestia de ponerse en nuestros zapatos aunque sea por unos momentos, capaces de comprendernos también a nosotros? Una vez le hice esa pregunta a Muhamad, un estudiante de derecho árabe musulmán israelí. Me respondió que no, no tienen por qué hacerlo, nuestra posición es inconcebible e inaceptable. A mí se me ocurren otras respuestas:

A. La acción de ponerse en los zapatos del otro, es un privilegio que se pueden dar los fuertes y acomodados. Quien está sumergido en la miseria no tiene la capacidad de asimilar las desgracias del otro, menos aún si ese otro es visto como el causante de todos sus males. Esto se aplica también a los israelíes que fueron afectados más directa y personalmente por el terrorismo palestino.
B. Si un palestino de los territorios tiene alguna opinión favorable a Israel, lo mejor que puede hacer es callársela si no quiere sufrir las represalias de su gente. Que no lo vayan a tomar por colaboracionista y lo ejecuten.
C. La sociedad palestina es más cerrada e intolerante que la israelí. La diversidad de opiniones es menor y conduce más fácilmente a la violencia interna.


Relacionado:
* Israel según Basiuni
* Wafa Sultán

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Trampa 21

Trampa 22 (1961) de Joseph Heller es un libro que ha tenido éxito en todo el mundo. En Israel es enormemente popular, y aunque no tengo datos de ventas que me respalden, me atrevería a apostar que ha tenido más impacto que en ningún otro lugar. No es de extrañarse, en un país donde la mayoría de los jóvenes de 18 años deben alistarse al servicio militar obligatorio, son muchos los que se sienten identificados con el protagonista de la obra, el Capitán Joseph Yossarian.

Yossarian es un piloto de avión bombardero norteamericano, quien sirve durante la Segunda Guerra Mundial en una base estadounidense ubicada en una isla italiana. Se trata del opuesto absoluto a todos esos héroes de guerra yanquis con los que nos han inundado las películas de Hollywood. Su mayor aspiración es que lo liberen del servicio. Para ello recurre al médico del regimiento y le solicita que lo de de baja por loco. El médico le explica que eso no es posible, lo impide la trampa 22. Si pide que lo retiren por loco, eso demuestra que está cuerdo, puesto que sólo un loco consentiría seguir arriesgando su vida en la guerra. Al demostrar que está cuerdo, no lo pueden dar de baja por loco. Y a los que siguen combatiendo sin tener la cordura de hacerse pasar por locos, tampoco los retiran, porque para eso primero tendrían que solicitar ser retirados por locos, cosa que no hacen ya que están locos realmente.

En Israel no es tan difícil salirse del ejército por loco. Uno de los que me recomendó el libro fue un soldado que poco tiempo después salió del ejército con "perfil 21", es decir, fue declarado psicológicamente inhabilitado para el servicio militar. Hay muchas personas que se retiran con "perfil 21" o directamente no se enrolan. Sospecho que hay muchas más, que sin llegar a hacerse pasar por locos, habrán fantaseado alguna vez, en los momentos difíciles, con la posibilidad de que el psicólogo militar les facilite la puerta de salida. Además, no hay soldado que no se haya enfrentado alguna vez a la pesada maquinaria burocrática de un organismo gigantesco como es el ejército, sin toparse con situaciones absurdas dignas de la obra de Joseph Heller. Me gustaría creer también, que la mayoría de los soldados comparten la visión de Yossarian sobre la irracionalidad de participar en la guerra desde el punto de vista estrictamente individual.

Aún así, cabe preguntarse cómo es posible que en una sociedad tan militarizada, sea tan popular un libro tan anti-militarista. La respuesta se haya en la diferencia entre "militarizada" y "militarista". Quiero creer que a pesar del enorme peso que tiene el ejército en la sociedad israelí, no se trata de una sociedad militarista, que la mayoría de los ciudadanos tenemos claro que el ejército es un medio y no un fin en si mismo, un mal necesario. Teodor Herzl escribió en El Estado Judío (1896): "Mantendremos a nuestros sacerdotes dentro de los confines de sus templos, así como mantendremos al ejército profesional en los confines de sus cuarteles". Ojalá llegue pronto el día en que sea posible hacer realidad una división tan clara, y frenar la excesiva intromisión de los líderes religiosos y militares en los asuntos civiles.

Trampa 22 es uno de los libros más graciosos y divertidos que he leído en años, lo recomiendo efusivamente. Por último les dejo una escena de la película basada en el libro:



Artículo relacionado:
* Israel: un ejército de ciudadanos.

Otros libros populares en Israel:
* Saga de Harry Potter
* Comentas en el cielo

sábado, 7 de noviembre de 2009

La Oreja de Van Gogh en Tel Aviv

Martes, 3 de la tarde:

- Hola, voy para Tel Aviv, ¿que hacen a la tarde?
- Vamos al recital de La Oreja de Van Gogh.
- ¿La oreja de quién?
- De Van Gogh, el grupo español.
- Ah. ¿Dónde es? ¿A qué hora? ¿Quedan entradas?
- En el puerto de Tel Aviv a las 10. Te averiguo por las entradas.



Yo había escuchado nombrar a la banda un par de veces y conocía una sola canción, pero del resto de la asistencia - como 300 personas que llenaban el Club Reading 3 - para sorpresa de los músicos, buena parte no sólo sabía de quién era la oreja, sino que incluso coreaban con entusiasmo las letras de las canciones. La cantante expresó varias veces durante el transcurso del concierto, su asombro y satisfacción por semejante recibimiento al otro extremo del mediterráneo. La muy simpática Leire Martínez, en un esfuerzo por estar a tono con el lugar, lanzó al comienzo una frase en un hebreo con un cargadísimo acento español: "anajnu meod smejim liot po", "estamos muy contentos de estar aquí". La verdad es que si la hubiera dicho directamente en la lengua de Cervantes, más de la mitad del público la hubiera entendido con mayor claridad. Como era de esperar, la concurrencia era predominantemente hispanoparlante, de origen latinoamericano. Lo único que me parecía fuera de lo común, era la diversidad de edades, algunas personas que superaban los cuarenta y cincuenta años, padres que llegaban con sus hijos, y no sólo los adolescentes y veinteañeros que normalmente llenan un recital de pop-rock.

El evento estuvo organizado por la Casa Sefarad-Israel y comenzó con una excelente sorpresa, una artista invitada amiga de la institución: Ajinoam Nini, más conocida en el exterior como Noa. Saltaba a la vista su avanzado embarazo, quintillizos en el décimo mes, por lo menos. Cantó dos canciones, incluyendo una versión mitad en español mitad en hebreo del tema de la película "La vida es bella" que por poco no me arranca lágrimas de emoción (aunque no tanto como el salame del post anterior). En ese momento pensé que si se quedaba Noa todo el espectáculo y todos sus órganos sustituían a La Oreja, yo no me opondría. Pero luego subió la banda española al escenario y también superó mis expectativas, las letras no me parecieron la gran cosa, pero el sonido estaba muy bien. Mientras mis oídos disfrutaban de la música, mis ojos circulaban entre el público extasiado, la vocalista del grupo (¡Por Dios, que buena que está!) y el tecladista, que era otro espectáculo por sí mismo, más excitado que una cabra en celo.

Los artistas invitados siguieron desfilando. En un momento Martínez nos anuncia que a ella eso del hip-hop no se le da bien, y da la bienvenida a un conjunto de cuatro jóvenes isaraelíes gritones, el punto bajo del concierto. En contraste, más tarde se aparecieron Mira Awad y David Broza. En una canción en conjunto, Mira cantó en español y árabe, David en español y hebreo, Leire en español. Dúo Awad-Martínez, Dúo Martínez-Broza, y el climax de la noche: los tres cantando a trío. Al final, cuando La Oreja se retiró no podía creer que ya habían pasado casi dos horas (culpo al vino por mi incapacidad de medir el tiempo), tuvimos que permanecer de a pie gritando "otra, otra" lo que a mí me pareció una eternidad, antes de que volvieran al escenario a tocar tres o cuatro canciones más y finalizar de verdad.


Relacionado:
* Reportaje de El Mundo.es. Según El Mundo asistieron 900 personas. No soy muy bueno calculando espacios, pero estoy convencido de que allí no caben 900 personas ni a empujones.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Si Rabin estuviera vivo

El jueves según el calendario hebreo se cumplieron 14 años del asesinato del Primer Ministro y Ministro de Defensa¹ Isaac Rabin, y se llevó a cabo el acto conmemorativo oficial en el cementerio de Har Hertzel en Jerusalén. Para ayer a la noche estaba programado (se postergó por la lluvia) el ya tradicional acto frente a la intendencia de Tel Aviv en la Plaza Reyes de Israel, dónde ocurrió el asesinato, rebautizada desde entonces como Plaza Rabin. Allí, el 12 de jeshván de 5756, 4 de noviembre de 1995, al finalizar la multitudinaria manifestación de apoyo al proceso de paz, dos balazos mataron al hombre y dieron vida al mito.

En estas fechas de duelo y reflexión cabe volver a plantearse varias interrogantes, y entre ellas: qué hubiera ocurrido entre israelíes y palestinos si Isaac Rabin siguiera con vida. Nunca sabremos la respuesta, lo que pasó pasó, no es posible resucitarlo y comprobarla. Aún así quiero aprovechar la pregunta para analizar un poco la figura de Isaac Rabin y la dinámica del conflicto.

Hay quienes creen que si Rabin no hubiera sido asesinado, ya habríamos alcanzado un tratado de paz que habría puesto el punto final a todas las disputas, se habría establecido el estado palestino, y al este del río Jordán todos viviríamos felices y comeríamos perdices (con humus). Las trabas que surgieron tras su muerte no habrían surgido, y en el caso de que sí surgieran, San Isaac obraría milagros y las sortearía sin que se derrame una sola gota de sangre. Como si todo el peso y toda la responsabilidad por la violencia en Israel y Medio Oriente, recayeran únicamente sobre aquel que ocupe el puesto de Primer Ministro de Israel.

Me llaman la atención los elogios que recibe después de muerto, por parte de quienes condenan absolutamente toda acción militar israelí, quien en vida fuera uno de los más grandes generales que hayan pasado por el ejército de Israel. El Jefe de Estado Mayor durante la Guerra de los Seis Días, quien comandó a las tropas que conquistaron Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este, los altos del Golán y la Península del Sinaí en 1967. El Ministro de Defensa que al comenzar la Primera Intifada en 1987, dio la orden de reprimirla quebrando huesos.

Famosa fotografía de Moshé Dayán, Isaac Rabin
y Uzi Narkiss entrando en Jerusalén. Junio de 1967.


En aquella trágica tarde de sábado dijo Rabin en su inolvidable discurso:

"Fui un militar durante 27 años, he librado guerras cuando no había la posibilidad de lograr la paz. Creo que hoy existe una opción para la paz, una oportunidad única que debemos aprovechar para quienes están aquí hoy y para quienes no lo están - y ellos son muchos. Siempre he creído que la mayoría del pueblo quiere la paz y quiere darle una oportunidad a la paz."

Esas palabras denotan un intenso cambio de rumbo. Pero nótese que el cambio no comienza desde la persona, sino a partir de las circunstancias, de la "opción" que antes no existía. Según esta retórica es la "opción" la que cambia a la persona y no a la inversa, él ya creía en la paz desde siempre, sólo faltaba que se presentara la "oportunidad única". En definitiva, seguimos hablando de un mismo individuo, Isaac Rabin de 1995 era el mismo que Isaac Rabin de 1987. La pregunta es entonces, qué hubiera hecho frente a las circunstancias cambiantes. Ante los posteriores ataques desde Gaza, Cisjordania y el Líbano, ¿habría actuado sin recurrir a la violencia? No lo creo. Algún devoto de San Rabin me responderá que buena parte de esos ataques ni siquiera habrían ocurrido. ¿Acaso Rabin se habría escurrido del callejón sin salida al que llegó más tarde Ehud Barak con Yasser Arafat? Lo dudo. Me parece más verosímil decir que si Rabin estuviera vivo hoy, se redactarían informes acusándolo de crímenes de guerra y muchos de quienes lo idolatran exigirían ver su cabeza colgada en La Haya.

"Eifo ieshnam od anashim quemó ha-ish ha-hú". "Dónde hay otros hombres como aquel hombre", pregunta la letra de una de las canciones que es costumbre cantar en los actos de recuerdo a Rabin. No sé dónde hay otros hombres "ka-aravot ha-bojiot", "como los sauces llorones", pero militares israelíes dedicados a la política y partidarios de buscar un acuerdo de paz con los palestinos, los hay al por mayor. Ya teníamos otro Primer Ministro con ese mismo perfil menos de cuatro años después del asesinato, Ehud Barak de 1999. Tampoco se han agotado los hombres como Arafat 2000, políticos ladrones más ocupados en amasar fortunas personales que en asegurar el bienestar de su pueblo, siempre prontos para retornar al camino del terrorismo.

Les dejó aquí el video de la canción interpretada por Shlomo Artzi en la Plaza Rabin:


Isaac Rabin, de 1922 a 1995, ihié zijró baruj, que su recuerdo sea bendito.


¹. Ocupaba ambos cargos en simultáneo, igual que David Ben-Gurión.